miércoles, abril 19, 2006

Mundos por encargo

Todo comenzó con mucha inocencia. Adán y Eva, el paraíso, una manzana, y la inocencia. Y fíjate todo lo que tienen ahora. Subcontraté el trabajo, es verdad, pero le di algunos buenos consejos y un día de vacaciones al final. Soy un Gran Dios y no puedo estar todo el día creando mundos pequeños e insignificantes y el chaval merecía una oportunidad así que se lo di, el encargo. - Ahí tienes una buena pelota de tierra y agua. Haz algo bonito y limpio. Sencillo. Es sólo para cubrir un rinconcito en la habitación mas escondida del Universo. Trabaja una semana y cógete luego unas vacaciones- También le di un buen presupuesto no os vayáis a creer. Me olvidé del tema y seguí con mis asuntos de verdadero Dios importante. Dejé allí al becario con su cara iluminada y sus proyectos. Pero la juventud es así... presuntuosa, irresponsable. Vuelvo ahora y ¿qué me encuentro? Que respetó el presupuesto, si. Que se cogió sus vacaciones al séptimo día, cómo no. Un informe lleno de frases rimbombantes y misteriosas, un Génesis oscuro y marrullero impropio de un buen estudiante. Bueno. Y que no siguió los pocos consejos que le di. Fíjate que lo tuvo fácil. Pues no. Él puso la inocencia al principio y no sabía que sólo era la cara amable de la estupidez.

2 comentarios:

Mateo dijo...

siempre me pareció que los viejos de jaqueca descomunal eran medio estupidos.

breton dijo...

principiantes, tsk, tsk.

bienvenido cross.