miércoles, abril 19, 2006

Cargué mi mochila al hombro, miré para ambos lados en busca de alguna señal. Sobre una puerta de vidrio se encontraba señalado donde debía dirigirme. Empecé a caminar por los largos pasillos de baldosas tan prolijas y parejas que parecía un hospital. Mucha gente extraña hablando todo tipo de idiomas pasaba alrededor mío en todas direcciones. Al arribar me colocaron en una fila, "extranjeros" decía el cartel. Allí estaba parado cuando la duda empezó a atacarme. En lo más profundo de mi estómago (porque es allí donde golpea). Una gota de sudor empezó a correr por mi frente. Una de las personas delante de mí era interrogada con tal ferocidad que lo hizo llorar. Se lo llevaron por una puerta del costado dos custodios bastante fornidos. Llegó el punto en que lo único que podía escuchar era el latido de mi corazón, tan fuerte que parecía querer salir a tomar un poco de aire. Todo el lugar empezó a dar vueltas. Las voces se escuchaban lejos. Cada paso que daba retumbaba en mi cabeza como miles de estallidos que intentaban tirar todo el lugar abajo. Al acercarme más y más la presión en mi pecho se hacía insoportable. Creí que moriría. Todo alrededor era amenazante. ¿Y si tenía algo mal? ¿Si me faltaba algo? ¿Qué sería de mí?
Hasta que llegué al mostrador. Tomaron mi pasaporte, lo abrieron, sellaron y cerraron.
- "Bienvenido señor Etchart. Que tenga una buena estadía."
Así sin más todo había terminado. Mi tortura finalizada y una era de libertad comenzada. Feliz.

6 comentarios:

Socram dijo...

Me fui. Estoy nervioso

breton dijo...

Que te la pasen bien en España.
Te la pasen bien.
Bien pasada.

Anónimo dijo...

ay ay ay... esa aduana... VAS A PASAR! Y te la vas a pasar genial en España y en todo Europa!

Socram dijo...

paseeeeeeeeeeee!!!!! loco paseeeeee
desde barcelona

Mateo dijo...

Este post contesta la pregunta que te hice en abralacabra. !!!!ERA TU MAMA!!!

Anónimo dijo...

Hallo I absolutely adore your site. You have beautiful graphics I have ever seen.
»