No sé porqué pero cada vez que me caigo de la cama es lunes. El lunes pasado, hace un rato, me dí cuenta de eso, de eso y de que todos los lunes de la semana me caigo de la cama. Es muy curioso, la cama, el lunes, la caída. Ahora resulta que siempre me caigo a la misma hora. A las siete menos veinte de la mañana. A las siete menos veinte de la mañana, de cada lunes de la semana, me caigo de la cama.
Escuché de uno que también se caía de la cama, pero lo suyo era mucho peor. Comparado con lo suyo lo mío no es nada. Lo mío es caerme de la cama a cada lunes de la semana, a las siete menos veinte de la mañana. Lo suyo era caerse de la cama al primer minuto de cada hora. Pero no solamente los días lunes, sino que todos los días. Es inconcebible, ¿no?
Aunque pensándolo bien, lo mío es mucho peor. Y te voy a decir porqué. Esta otra persona, se caía de la cama en el primer minuto de cada hora de cada día. O sea una vez por hora dormida. Lo que se traduce a ocho veces por día, estrictamente. Lo de estrictamente viene a que esta otra persona se dormía a la media noche y se despertaba a las ocho de la mañana. Lo hizo así, estrictamente, todos los días de su vida. Pero lo suyo era mucho mejor que lo mío. Comparado con lo mío lo suyo no es nada. Por que esta otra persona lo que hizo fue armar como unas escaleras pero hechas de camas. O sea, como unas escaleras pero hechas de ocho camas. Una para cada caída. Se iba a dormir a la medianoche en el escalón de arriba, y se despertaba a las ocho en el escalón de abajo. Hasta que se mató. No sé cómo pero se mató. Por eso lo mío es mucho peor. ¿Sabés porqué lo suyo es mucho mejor? Por que yo sigo acá.
Lo que yo no entiendo es porqué esta otra persona no dormía en el piso y listo.
¿Y sabés porqué no lo entiendo? Por que sigo acá. Sigo acá cayéndome de la cama todos los lunes de la semana a las siete menos veinte de la mañana. Lo que yo no entiendo es porqué no duermo en el piso y listo.
Ojalá yo también pueda morir, algún día.
miércoles, junio 28, 2006
Suscribirse a:
Entradas (Atom)